Saturday morning my BFF Laura texted a link of some gorgeous "kanelbullar" (Swedish rolls) a talented Argentine foodblogger had posted. I thought it was kind of premonitory on her side, since I had a dough proving in my kitchen. After having done recently my almond easter bread, some sticky buns and the more sophisticated cinnamon cardamom bread, I realized this dough, with some small changes in proportions for the different recipes, is really versatile and can be used in many ways when it comes to rolls and bread.
El sábado por la mañana mi mejor amiga Laura, me envió un mensaje con un enlace para unos lindísimos "kanelbullar" (bollos suecos) que una talentosa foodblogger argentina había publicado. Pensé que era algo premonitorio de su lado, ya que tenía una masa leudando en mi cocina. Después de haber hecho recientemente mi rosca de pascua con almendras, algunos sticky buns y el más sofisticado pan trenza de canela y cardamomo, me di cuenta de que esta masa, con algunos pequeños cambios en las proporciones en las diferentes recetas, es muy versátil y se puede utilizar de muchas maneras a la hora de hacer bollos y pan.
Proving takes about two hours, so I poured myself a cup of tea and scrolled through my news on Google+, to check what my fellow foodbloggers were upto. I love to do this during the week-ends because there is no rush or strict timetables. To my surprise I saw another recipe of "kanelbullar", this time from a well known blogger I admire specially for her perfect photos. Wow! They looked terrific! Would it be the new trend?, I wondered. This time it was me texting the link back, while checking for some cinnamon in my pantry.
Junto con la canela encontré una bolsa llena de chips de chocolate y la saqué también. Había hecho la masa porque mi hija estaría de vuelta en unas pocas horas, de un viaje corto que hizo con el colegio. Se habían ido a la ciudad costera de Mar del Plata, 450 km al sur de BA, por un trabajo de campo para sus próximos exámenes de Gestión de Medio Ambiente y quería recibirla con algo reconfortante y hecho en casa, ya que había comentado que pasaron mucho frío y que no habían comido muy bien.
Con ambos ingredientes en mis manos, por algún motivo, cambié de idea y murmuré: "babka". El babka tradicional requiere girar el rollo sobre sí, de cinco a siete veces, una vez que tiene el relleno y por lo general no lleva streusel encima. Le di a mis dos rollos forma de "8", los coloqué uno al lado del otro en una budinera y después lo pinté con mezcla de huevo hecha con crema. Lo espolvoreé con abundante streusel hecho con azúcar impalpable. Esto último lo aprendí de una receta de Martha Stewart.